sábado, 31 de diciembre de 2011
domingo, 11 de diciembre de 2011
Alternancia de generaciones
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http://recursos.cnice.mec.es/biosfera/alumno/2ESO/Reprodycoordinacion/contenidos6_3.htm
Protistas
Es el reino
de los organismos más simples con células individuales y eucarióticas. El reino
Protista
fue propuesto por primera vez por el alemán Ernst Heinrich Haeckel,
debido a la dificultad que entrañaba la separación de los organismos
unicelulares de los vegetales.
Morfología
Las células
eucarióticas tienen un núcleo formado por un número variable de cromosomas y
separado del resto de la célula (el citoplasma) por una membrana nuclear.
También se caracterizan por la presencia de orgánulos específicos
(subestructuras especializadas), tales como las mitocondrias,
cloroplastos y corpúsculos basales (inicio del flagelo). Este tipo de células
un paso adelante en la evolución, por encima de las células
procarióticas, más primitivas y que engloban a las bacterias y las algas
verdeazuladas, que forman el reino Monera. Este tipo de células carece de
membrana nuclear y de algunos orgánulos. Hay teorías que sostienen que las
células eucarióticas pueden haberse originado por asociación simbiótica de
células procarióticas. La mitocondria, por ejemplo, podría derivarse de alguna
forma bacteriana introducida en otra célula. Algo similar puede ocurrido
con los cloroplastos a partir de procariotas como las algas verdeazules. Es
probable que las células eucarióticas hayan evolucionado pasando por distintas
asociaciones simbióticas, hasta alcanzar la gran diversidad de organismos que
constituyen en la actualidad el reino Protista.
Evolución
Los protistas
están representados por muchas líneas evolutivas cuyos límites son difíciles de
definir. La mayoría de estos organismos son unicelulares y microscópicos,
aunque también los hay que forman colonias, como los foraminíferos. Esta
organización, ya más compleja, está más cerca de los organismos pluricelulares
superiores e indica que éstos evolucionaron a partir de ancestros protistas.
Los protistas
pueden considerarse un reino intermedio, y agrupan desde los organismos
unicelulares eucariotas y las colonias simples, hasta algunas algas superiores
y grupos de transición (de clasificación dudosa). Estos últimos son
pluricelulares, pero carecen de la organización compleja en tejidos, típica de
las plantas, animales y hongos superiores. Aún así, dentro de los grupos de
transición hay formas que comparten las mismas características que las plantas,
como las algas pardas, verdes y rojas; otras que están más cerca de los
animales, como los mesozoos, placozoos y esponjas, y las que son semejantes a los
hongos, como los mohos plasmodiales del fango y los quitridiales.
Los límites
del reino Protista
no están establecidos de forma definitiva. Los grupos de protistas se
diferencian entre sí en la forma de alimentarse. Algunos se parecen a las
plantas porque son capaces de realizar la fotosíntesis; otros ingieren el
alimento como los animales y otros absorben nutrientes, como los hongos. Esta
diversidad tan amplia hace difícil la descripción de un protista típico. Quizá,
el miembro más representativo del reino sea un flagelado, organismo unicelular
con uno o más flagelos complejos (para distinguirlos de los flagelos simples de
las bacterias) y en algunas ocasiones con uno o más cloroplastos.
Clasificación
Podemos considerar tres grupos principales de protistas:
Los protistas semejantes a o algas.
Los protistas semejantes a animales o
protozoarios.
Los mohos mucilaginosos.
Los protistas semejantes a plantas incluyen a: las diatomeas (división
Chrysophyta); los dinoflagelados (división Pyrrophyta); y los euglenofitos
(división Euglenophyta). Los semejantes a animales, llamados protozoos, que
abarcan a flagelados (filo Zoomastigina); ameboides (filo Sarcodina); ciliados
y suctorios (filo Ciliophora), y los parásitos productores de esporas (filo
Esporozoa). Por último, los que son parecidos a los hongos, como hifoquitridios
(filo o Hyphochytridiomycota) y plasmodióforos (filo o división
Plasmodiophoromycota). Los mohos plasmodiales del fango son un filo discutido y
aquí se les considerará pertenecientes al reino Protista, dado que tienen
características comunes con hongos y protozoos.
Las euglenófitas
representan un pequeño grupo de algas unicelulares que habitan en su mayoría en
agua dulce. Contienen clorofila a y b y almacenan carbohidratos en una
sustancia amilácea inusual, el paramilo. Las células carecen de pared, pero
tienen una serie de franjas proteicas flexibles. No se les conoce ciclo sexual.
Las pirrófitas
son unos biflagelados unicelulares, muchos de ellos marinos. Esta división
comprende los dinoflagelados.
Las crisófitas,
diatomeas y algas pardas doradas, son componentes importantes del fitoplancton
dulciacuícola y marino. Son unicelulares. Las diatomeas se caracterizan por
tener unas finas valvas de sílice. Suelen reproducirse asexualmente.
Los mohos
mucilaginosos son unos organismos ameboides heterotróficos que se
reproducen mediante la formación de esporas.
Los protozoarios
habrían evolucionado a partir de antepasados fotosintéticos flagelados. Entre los
protozoarios figuran algunas de las células más complejas y más grandes que se
conocen. Los protozoos
no tienen estructuras internas especializadas a modo de órganos, o están muy
poco diferenciadas. Dentro de los protozoos se suelen admitir varios grupos,
los más importantes son los flagelados del grupo de los Zoomastiginos, con
muchas especies que viven como parásitos de plantas y de animales; y los
ameboides denominados Sarcodinos
que son componentes importantes del plancton.
Hongos
Los hongos y los animales forman el grupo de los ofistocontes, cuyo antecesor común probablemente era flagelado y contenía quitina como molécula estructural.
En la clasificación que agrupa a los seres vivos
en cinco reinos, los hongos (eumicetos) constituyen el reino Fungi.
Aplicando criterios que tienen en cuenta características morfológicas,
moleculares y reproductivas, los hongos se han dividido en cinco grupos o
phyla: quitridiomicetos, cigomicetos, glomeromicetos, ascomicetos y
basidiomicetos. Existe un grupo adicional, el de los hongos imperfectos,
que reúne a las especies en las que no se ha observado reproducción sexual.
Los oomicetos, hasta no hace mucho considerados parte del reino Fungi,
recientemente fueron incluidos en el heterogéneo grupo protista de los
Stramenopila.
Fig. Posibles relaciones filogenéticas entre los grupos de hongos
Las evidencias actuales indican que los hongos son un grupo monofilético.
Características de los hongos
Las características derivadas más destacadas de
los hongos no surgen del estudio de estructuras celulares u observables a
simple vista, sino que provienen de datos moleculares.
Unas pocas especies son unicelulares, el resto
tiene un cuerpo fúngico multicelular y filamentoso. Los filamentos
reciben el nombre de hifas, y el conjunto de hifas constituye el micelio.
Las hifas pueden tener tabiques o no (en este último caso reciben el
nombre de cenocitos). Los tabiques de los ascomicetos tienen poros
simples que permiten el paso de los núcleos y el citoplasma. Los tabiques de los basidiomicetos, en cambio, tienen poros complejos (doliporos) que no permiten el paso de los núcleos.
El micelio es difuso y microscópico, las estructuras expuestas son sólo una pequeña parte del organismo.
En algunos grupos, estas estructuras visibles son llamadas cuerpos
fructíferos y están especializadas en la producción de esporas.
El principal componente de las paredes de las hifas es la quitina, un polisacárido que aparece en algunos animales pero nunca en las plantas.
Los hongos son heterótrofos que almacenan glucógeno y lípidos (a diferencia de las plantas, que almacenan almidón).
Algunos son parásitos facultativos, obligados o simbiontes; otros se
alimentan de materia orgánica muerta (saprobios). Secretan enzimas que
reducen los alimentos a moléculas pequeñas y fáciles de absorber. Los
parásitos tienen hifas especializadas (haustorios), que absorben los
nutrientes directamente de las células de otros organismos. Junto con
las bacterias, los hongos son los principales descomponedores de la materia orgánica.
Algunos hongos son perjudiciales para la especie
humana, ya que atacan cultivos, alimentos, plantas, animales
domésticos, viviendas, ropas o el cuerpo de las personas. Otros son
esenciales para la producción de alimentos como el pan, el queso, la
cerveza y el vino. También se utilizan para la producción de enzimas,
ácidos orgánicos y antibióticos. Algunas variedades comestibles, como
los champiñones, son producidas comercialmente. Los hongos también son
la fuente de una gran variedad de antibióticos y otros medicamentos.
Ciclos de vida y estructuras reproductivas
La mayoría de los hongos se reproducen en forma
sexual y asexual. La reproducción sexual debe pasar por tres etapas:
contacto de protoplasma (plasmogamia), fusión de núcleos (cariogamia) y meiosis. La plasmogamia puede ocurrir de distintas formas: por fusión de los gametos liberados del gametangio,
por fusión de gametangios o por fusión de hifas no especializadas de
dos cepas compatibles. La unión de los núcleos (cariogamia) es seguida
por la meiosis que origina cuatro esporas haploides de origen sexual. En
Basidiomicota la meiosis está retrasada en el tiempo y la hifa contiene al dicarion, es decir dos núcleos genéticamente diferentes pero compatibles. La reproducción asexual
ocurre por fragmentación de las hifas o por producción de esporas
(conidios). En algunos casos, las esporas (esporangiosporas) son
producidas en esporangios localizados en hifas especializadas
(esporangióforos).
Los quitridiomicetos son hongos terrestres o
acuáticos. Muchos son saprobios; otros son parásitos, mutualistas o
simbiontes. Son los únicos hongos que en alguna parte de su ciclo de
vida producen células móviles. El cuerpo fúngico es cenocítico.
Forman esporas y/o esporangios de resistencia. Algunos afectan la
producción agrícola, porque causan en las plantas enfermedades como la
mancha castaña del maíz o la verruga negra de la papa.
Fig. Ciclo de vida del hongo acuático Allomyces macrogynus
Esta especie perteneciente al grupo quitridiomicota presenta una alternancia de generaciones. La fase haploide
produce gametangios femeninos y masculinos próximos entre sí. Ambos
liberan gametos móviles. Los gametos masculinos nadan hacia los
femeninos atraídos por una hormona. Luego, los gametos se fusionan y posteriormente ocurre la cariogamia. El cigoto formado germina y da lugar a la fase diploide,
en la cual se forman dos tipos de esporangios: los mitosporangios
producirán zoosporas diploides las cuales, una vez liberadas, darán al
germinar un cuerpo fúngico diploide. Los meiosporangios de resistencia,
de color oscuro, darán origen, después de la meiosis, a zoosporas
haploides, que al germinar producirán la fase haploide.
Los cigomicetos son hongos terrestres, en
general saprobios, que viven en el suelo y se alimentan de materia
vegetal o animal muerta. Algunos parasitan plantas, insectos o pequeños
animales del suelo. El cuerpo fúngico es cenocítico. Su reproducción
sexual se caracteriza por la formación de cigosporas que se desarrollan a
partir de la fusión de dos gametangios (copulación o contacto
gametangial).
Los glomeromicetos son simbiontes obligados,
asociados a raíces de plantas con las cuales forman endomicorrizas. El
cuerpo fúngico es cenocítico y tiene paredes quitinosas. Se dispersan a
través de segmentos de raíces colonizadas y de esporas de resistencia
(clamidosporas) de origen asexual.
Los ascomicetos son el grupo de hongos que
presenta mayor diversidad. Incluye a las levaduras y los mildiús
pulverulentos, muchos de los mohos negros y verde azulados comunes, las
colmenillas y las trufas. Algunos de sus integrantes causan enfermedades
a las plantas; otros producen micotoxinas o sustancias que detienen el
crecimiento bacteriano. Sus hifas se encuentran divididas por septos con
poro simple. La reproducción sexual implica siempre la formación de un
pequeño saco (asco).
Fig. Ciclo de vida de un ascomiceto típico
Una ascospora (superior izquierda) germina y produce un micelio monocariótico (que contiene un solo tipo de núcleo)
haploide. Este micelio se reproduce mediante la formación de esporas
asexuales (conidios). Cuando los micelios monocarióticos de diferentes
cepas de apareamiento forman gametangios, el escenario está listo para
la reproducción sexual. Se forma un puente entre los gametangios
femenino y masculino que permite que los núcleos masculinos haploides
penetren en el gametangio femenino. Las hifas que proliferan a partir de
este gametangio son dicarióticas, es decir, cada célula
contiene un par de núcleos haploides, uno de cada tipo progenitor
(indicados en diferente color). Estas hifas dicarióticas junto con hifas
monocarióticas entremezcladas, originan el ascocarpo o cuerpo
fructífero. En el ascocarpo, las hifas dicarióticas crecen, se
diferencian y forman los ascos, dentro de los cuales se fusionan los
núcleos haploides. En el núcleo diploide resultante ocurre la meiosis y
se producen cuatro nuevos núcleos haploides. Estos núcleos se dividen
luego mitóticamente y el asco maduro contiene así ocho ascosporas
maduras. Con la liberación y germinación de las ascosporas, el ciclo comienza nuevamente.
Los basidiomicetos incluyen a los hongos de
sombrero o setas. La seta (basidiocarpo) es el cuerpo fructífero en
donde se producen las esporas. Tienen hifas subdivididas por tabiques
que presentan poros complejos. La reproducción sexual se inicia por la
fusión de hifas haploides que forman un micelio dicariótico. Cuando se
desarrolla la seta, algunos núcleos se fusionan y forman núcleos
diploides que sufren meiosis. La fusión y la meiosis siempre ocurren en
una hifa especializada (basidio). Muchos basidiomicetos de gran tamaño perdieron la capacidad de reproducirse asexualmente.
Fig. Ciclo de vida de un basidiomiceto
Las basidiosporas (superior izquierda) germinan y producen
micelios monocarióticos primarios (n). Los micelios dicarióticos
secundarios (n + n) se forman por la fusión de las hifas monocarióticas
compatibles. Los micelios secundarios crecen, se diferencian y forman
las estructuras reproductivas (basidios). En un agarico, los basidios se
forman en el himenio en una estructura laminar denominada laminilla.
Después de que el basidio aumenta de tamaño, los dos núcleos, uno de
cada cepa de apareamiento, se fusionan. El estadio 2n es muy breve; casi
de inmediato ocurre la meiosis, que da por resultado la formación de
cuatro núcleos; de cada uno de ellos se desarrolla una basidiospora (n).
Después de que las basidiosporas se liberan, el basidiocarpo se
desintegra.
Los hongos imperfectos son
organismos cuya reproducción sexual se desconoce. Es probable que se
trate de un grupo heterogéneo y polifilético.
En muchos casos, cuando en uno de ellos se descubre una fase sexual,
según produzca ascos o basidios, el organismo es incluido en el grupo de
los ascomicetos o en el de los basidiomicetos. Algunas especies del género Penicillium se
utilizan en la producción de quesos y antibióticos. Otros hongos
imperfectos producen micotoxinas, las sustancias cancerígenas naturales
más potentes que se conocen.
Relaciones simbióticas de los hongos
Aunque la mayoría de los hongos son saprobios y
viven sobre la materia orgánica muerta, algunos son parásitos o
simbiontes. Los líquenes y las micorrizas son ejemplos de simbiosis que involucran hongos.
Un liquen es la asociación simbiótica entre un hongo específico (micobionte) y un alga verde o una cianobacteria (fitobionte o
ficobionte). Las propiedades del organismo simbionte y las condiciones
en que vive son diferentes de las propiedades y condiciones en que viven
sus integrantes aislados. Los líquenes no necesitan fuentes de alimento
orgánico y pueden permanecer vivos aunque se desequen. Sólo requieren luz, aire y algunos minerales que absorben del sustrato.
Se reproducen principalmente por fragmentación o mediante propágulos.
Sus actividades inician el proceso de formación del suelo, al crear
gradualmente un ambiente en el que luego se introducirán musgos,
helechos y otras plantas. Son muy susceptibles a los compuestos tóxicos
en el aire. Su presencia o ausencia es un indicador del grado de
contaminación de la atmósfera.
Las micorrizas son asociaciones simbióticas
entre los hongos y las raíces de plantas vasculares. La planta
transfiere al hongo hidratos de carbono y el componente fúngico
transfiere nutrientes y agua a la planta. Se estima que las micorrizas
están presentes en más del 85% de todas las familias de plantas. En este
tipo de simbiosis, el hongo se dispone intracelular e intercelularmente
en las células de la raíz. Las hifas también se extienden hacia el suelo circundante y así incrementa la absorción de agua, de fósforo y de otros nutrientes. En
las ectomicorrizas, las hifas forman una vaina alrededor de la raíz,
pero no penetran realmente en sus células.
http://curtisbiologia.com/node/305
Algas Verdes
Las algas verdes y las plantas constituyen un grupo monofilético,
cuya característica homóloga más sobresaliente es la presencia de
cloroplastos. Además, el antecesor hipotético de este grupo posee
características derivadas como la presencia en los cloroplastos de clorofila a y b, y otros pigmentos, presencia de tilacoides equidistantes y almidón como sustancia de reserva.
Pluricelularidad incipiente y avanzada
El linaje de las algas verdes presenta como
característica derivada más destacada la persistencia de la membrana
nuclear durante la mitosis. La mayoría son acuáticas. Pueden ser unicelulares muy simples, haploides, con reproducción sexual
o asexual, o multicelulares de gran complejidad, con ciclos
haplodiplontes y generaciones isomórficas o heteromórficas. Algunas
forman colonias o presentan una organización de tipo cenocítica.Uno de los linajes es el de las algas verdes, como las ulvofitas y las clorofilas; el otro está representado por las carofitas, las coleochaetofitas y las embriofitas, en las que la membrana nuclear se desintegra durante la profase mitótica. Tienen peroxisomas y células comunicadas por plasmodesmos. Las coleochaetofitas y las embriofitas poseen además tejido parenquimatoso y retienen el cigoto en sus organismos.
Fig. Árbol filogenético hipotético de la línea verde
La transición a la tierra
La transición desde el agua a la tierra ocurrió
durante el período Ordovícico. El ambiente terrestre ofreció ventajas
como la presencia de luz abundante y un medio más permeable a ciertas longitudes de onda; abundante CO2 con libre circulación y ausencia de otras formas de vida terrestre que compitieran por los recursos, en particular luz y CO2 y, por lo tanto, existencia de una enorme variedad de nichos disponibles.
Por otra parte, los organismos que colonizaron el
medio terrestre enfrentaron dificultades como la obtención y retención
de cantidades adecuadas de agua, una atmósfera cambiante alrededor de
las partes aéreas de las plantas, la necesidad de extraer agua y
nutrientes esenciales del suelo y lograr una fijación que permitiera el
crecimiento.
El antecesor inmediato de las plantas presentaba una alternancia de generaciones
heteromórficas bien definida. Ya en tierra firme, y en un momento
temprano, aparecieron nuevas adaptaciones que hoy son compartidas por la
mayoría de las plantas actuales. Por ejemplo, el desarrollo de órganos reproductores multicelulares, como gametangios y esporangios, y la retención del cigoto y el desarrollo del embrión dentro del arquegonio.
La aparición de las plantas terrestres fue un
factor de gran importancia en la disminución de la concentración
atmosférica de CO2 y, en consecuencia, en el descenso de la temperatura sobre la superficie terrestre.
El antecesor hipotético de las embriofitas podría
haber tenido características derivadas tales como órganos sexuales
femeninos (arquegonios) y masculinos (anteridios) y un ciclo de vida con
una fase, en la que un esporofito diploide multicelular depende, al menos en un comienzo, de un gametofito haploide y presentan epidermis recubierta por una cutícula.
Fig. Relaciones filogenéticas hipotéticas entre las embriofitas
De poros simples a estomas
Del linaje de las embriofitas emergieron dos
grupos principales: las hepáticas (marcantiofitas), con poros simples, y
el resto de las plantas (estomatofitas), con verdaderos estomas.
Las hepáticas poseen elaterios, se desarrollan
en medios húmedos y tienen rizoides unicelulares en lugar de raíces.
Presentan alternancia de generaciones y predomina la fase haploide. Sus
anteridios y arquegonios se desarrollan en la parte superior del
gametofito. La reproducción asexual se produce por fragmentación o gemación.
Tallos incipientes y tallos conductores
Las estomatofitas originaron dos linajes: las antocerofitas y las hemitraqueofitas. Las antocerofitas tienen tallos incipientes, no conductores, células con un cloroplasto muy grande y un gametofito con aspecto de tallo lobulado, ramificado, del cual nacen numerosos esporofitos.
Las hemitraqueofitas reúnen a los musgos (briofitas), con un sistema de conducción limitado de agua y azúcares, y a las plantas vasculares (traqueofitas), con verdaderos vasos conductores.
Las características derivadas más destacadas de
los musgos son la presencia de células transportadoras de azúcares y
células hidroides, posiblemente homólogas de los elementos de transporte
de agua de las traqueofitas, un gametofito con rizoides multicelulares y
pequeñas "hojas" agudas, una cápsula donde se forman las esporas, que
salen por un opérculo, y rizoides multicelulares.
Los musgos poseen alternancia de generaciones que se caracteriza por un gametofito más grande que el esporofito. Cuando la espora
haploide germina, forma una red que da origen a los gametofitos, en los
que se forman los anteridios y los arquegonios. Si hay suficiente
humedad, los espermatozoides nadan y se fusionan con la ovocélula. El
cigoto dará el esporofito, que permanece unido al gametofito y depende
de él para su nutrición. La meiosis ocurre en el esporofito y genera esporas haploides. La reproducción asexual ocurre por fragmentación.
Fig. Ciclo de vida de un musgo
Comienza con la liberación de esporas de la cápsula, que se abre
cuando se expulsa una pequeña tapa, el opérculo (arriba a la derecha).
La espora germina y produce un protonema filamentoso ramificado, a
partir del cual se desarrolla un gametofito foliáceo. Los
espermatozoides, expulsados del anteridio
maduro, son atraídos al arquegonio donde uno de ellos se fusiona con la
ovocélula y produce el cigoto. El cigoto se divide por mitosis y forma
el esporofito. Al mismo tiempo, la base del arquegonio se divide y forma
la caliptra
protectora. El esporofito maduro consiste en una cápsula que puede
estar sostenida por un pedicelo -que es también parte del esporofito- y
un pie. La meiosis ocurre dentro de la cápsula y da por resultado la
formación de esporas haploides. En este musgo, los gametofitos llevan
tanto anteridios como arquegonios. En otras especies, un solo gametofito
puede llevar anteridios o arquegonios, pero no ambos.
Vasos conductores: las traqueofitas
Las plantas terrestres adquirieron dos innovaciones tempranas muy importantes: un cilindro central de tejido vascular dentro del tallo y la raíz. El tejido vascular
se especializó en la conducción de agua y sustancias disueltas hacia la
parte superior del cuerpo; la raíz permitió la fijación de la planta y
la absorción de agua y nutrientes esenciales.
El sistema conductor de las traqueofitas modernas consta de dos tejidos diferentes. El xilema, formado por traqueidas y vasos, transporta agua e iones de las raíces a las hojas. El floema, formado por las células cribosas, lleva sacarosa y otros productos de la fotosíntesis a las células no fotosintéticas de la planta.
En las plantas terrestres aparece también la
hoja de estructura compleja, especializada en la fotosíntesis. Estas
hojas pueden ser simples extensiones del tallo con un solo cordón de
tejido vascular (micrófilo) o consistir en una lámina con un complejo sistema de nervaduras (megáfilo). Sólo las licofitas poseen una simple extensión del tallo con un solo cordón de tejido vascular (micrófilo).
Sin semillas y con semillas
Las plantas con megáfilos dieron origen a dos
linajes. Uno de ellos está formado por helechos y equisetos que no
producen semillas; en el otro grupo, las espermatofitas, aparece la semilla, estructura que se convirtió en una de las más importantes novedades evolutivas de las plantas terrestres.
Los helechos probablemente no constituyen un
grupo monofilético. Sus características derivadas más importantes son la
presencia de una hoja compuesta (fronde), con folíolos dispuestos de un
lado y otro de un eje central, hojas jóvenes, enrolladas en espiral,
que se desenrollan al crecer gametofitos pequeños y fotosintéticos con
rizoides pluricelulares y anteridios formados a partir de una célula superficial y con una célula apical que actúa como opérculo.
Los helechos viven en zonas húmedas. Tienen
tallo subterráneo y no poseen crecimiento secundario. Sus hojas suelen
estar divididas en folíolos y tienen una alta relación
superficie-volumen, que los hace colectores de luz muy eficientes. La
generación que domina es el esporofito. El gametofito es independiente
para su nutrición y puede asociarse con hongos.
Algunas de las características derivadas del
antecesor hipotético de las espermatofitas son la presencia de un tallo
con crecimiento secundario, ramificaciones a partir de brotes en las
axilas de las hojas y óvulo formado por el gametofito femenino, la sustancia nutritiva y el tegumento.
Después de la fecundación, el óvulo se transforma en semilla. El gametofito masculino (grano de polen) es muy reducido y desarrolla un tubo polínico que crece hasta el gametofito femenino.
Semillas con protección y sin ella
Las espermatofitas se dividen en cuatros clados.
Tres de ellos, las coniferofitas, las gingkofitas y las cicadofitas, no
forman flores y tienen semillas sin protección. El cuarto clado, las antofitas, tiene flores y semillas que se forman dentro de un fruto. En la clasificación tradicional, las gimnospermas incluían a las coniferofitas, las gingkofitas, las cicadofitas y las gnetofitas, pero en la actualidad este grupo se considera parafilético.
Las coniferofitas tienen tallos y raíces que crecen en grosor debido al crecimiento secundario. Sus características derivadas más
destacadas son la presencia de estructuras reproductoras masculinas y
femeninas en conos, óvulos en la cara superior de las escamas del cono
femenino y gametos masculinos que son conducidos por el tubo polínico
hasta la ovocélula.
Fig. Ciclo de vida del pino
Las estructuras reproductoras son los conos, dentro de los cuales
se forman las esporas sobre las escamas. Las microsporas se desarrollan
a partir de las células madre
de las microsporas, y las megasporas, a partir de las células madre de
las megasporas. Las microsporas desarrollan granos de polen, que son
gametofitos masculinos inmaduros. Dentro de los óvulos, las megasporas
desarrollan un gametofito femenino; cada gametofito femenino contiene
varios arquegonios, cada uno con una ovocélula. Aunque más de una
ovocélula pueda ser fecundada, habitualmente sólo se desarrolla por
completo un embrión en cada gametofito femenino. Los gametos masculinos
inmóviles son llevados al arquegonio por el tubo polínico y la ovocélula
es fecundada. Después de la fecundación, el óvulo madura y forma la
semilla; la semilla consiste en el esporofito embrionario rodeado por el
tejido nutritivo del gametofito femenino y una cubierta externa
derivada de las capas protectoras (tegumento) del óvulo. Cuando la
semilla madura, el cono se abre y libera las semillas aladas que caen al
suelo y germinan. Así se produce la plántula. Ambos tipos de conos se
desarrollan en el mismo esporofito maduro.
Las antofitas son plantas terrestres, algunas de
las cuales volvieron al medio acuático. Presentan dos estructuras que
las distinguen del resto de las plantas: la flor y el fruto. Sus características derivadas más
destacadas son la presencia de flores complejas compuestas en general
por cuatro series de piezas, el óvulo, que se convertirá en semilla,
protegido por un carpelo cerrado que formará el fruto, el grano de polen reducido con tres núcleos, el gametofito femenino reducido que forma el saco embrionario, la doble fecundación
particular, la madera compleja, con vasos y fibras con células cuya
pared gruesa actúa como sostén y floema con células acompañantes, que
ayudan a la circulación de los azúcares.
Fig. Ciclo de vida de una angiosperma
Dentro de la antera de la flor, las células madre de las microsporas se dividen por meiosis originando, cada una, cuatro microsporas haploides. El núcleo de cada microspora
se divide luego por mitosis y la microspora desarrolla un grano de
polen bicelular, que es un gametofito masculino inmaduro. Una de las
células se divide nuevamente, en general después del desarrollo del tubo
polínico, lo cual da por resultado tres células haploides por grano de
polen: dos gametos masculinos inmóviles y la célula generadora del tubo
polínico. Dentro del óvulo, una célula madre de la megaspora
se divide por meiosis y forma cuatro megasporas haploides. Tres se
desintegran; la cuarta se divide por mitosis y da lugar al saco
embrionario -el gametofito femenino-, que consiste en siete células con
un total de ocho núcleos haploides (la célula central grande contiene
dos núcleos, los núcleos polares). Una de las células más pequeñas, que
contiene un solo núcleo haploide es la ovocélula. El polen germina sobre
el estigma produciendo un tubo polínico que crece a través del estilo hasta el ovario.
El tubo polínico en crecimiento penetra en el óvulo a través de una
pequeña abertura, el micrópilo. Los dos gametos masculinos inmóviles
pasan a través del tubo al saco embrionario; el núcleo de un gameto
masculino fecunda a la ovocélula. El otro se fusiona con los núcleos
polares y forma una célula triploide (3n) que se desarrolla en un tejido
nutritivo, el endosperma.
El embrión pasa por sus primeras etapas de desarrollo mientras aún se
encuentra dentro del ovario de la flor; el ovario mismo madura y se
transforma en fruto. La semilla, liberada del esporofito materno en
estado latente, finalmente germina y forma una plántula.
La polinización
entomófila resultó más eficiente que la anemófila. En ese camino
adaptativo fueron seleccionados favorablemente los nectarios y los
osmóferos que atraían a los insectos polinizadores. Las plantas con flor
y ciertos grupos de insectos son los protagonistas de uno de los casos
más impresionantes de coevolución.
Es posible encontrar cuatro tendencias principales en la evolución de la flor: reducción
en el número de piezas florales, fusión de piezas florales, elevación
de las partes florales libres por encima del ovario y cambios en la
simetría, de radial a bilateral.
El ovario maduro se convierte en fruto y
contiene las semillas. Hay distintos tipos de frutos, adaptados a muchos
mecanismos de dispersión diferentes.
Otro factor que contribuyó al predominio de las angiospermas fue la evolución de sustancias tóxicas o de "mal sabor", que actúan como defensas contra los depredadores.
http://curtisbiologia.com/node/303
Protistas
Los integrantes del reino Protoctista, tradicionalmente llamados
protistas, se han definido como todas las criaturas inferiores, o seres
orgánicos más primitivos, de naturaleza similar a la de las plantas o a
la de los animales.
La clasificación de sus integrantes es actualmente conflictiva, porque no constituyen un grupo monofilético y se sabe muy poco acerca de las relaciones de ancestralidad y descendencia dentro del grupo.
Aunque parecen compartir muchas características, sólo la condición de eucariontes es común a todos sus integrantes. La endosimbiosis es otra característica relevante del grupo. Se cree que a lo largo de su historia evolutiva se han producido simbiosis primarias, secundarias y terciarias.
Fig. Relaciones filogenéticas hipotéticas
(a) Relaciones filogenéticas entre los eucariontes y los otros dos dominios, Bacteria y Archaea. (b) Relaciones
hipotéticas entre algunos de los organismos tradicionalmente ubicados
en el reino protista. Las ramas coloreadas, en la parte superior del
árbol, indican la ubicación filogenética de los grupos que se tratan en
este capítulo. Los nombres en el extremo de cada rama, al lado de los
pequeños esquemas de los organismos representativos de cada grupo, no
señalan categorías taxonómicas, sino la denominación común de ese grupo
de organismos. A la derecha del árbol se indica la clasificación
tradicional que se corresponde con la clasificación en cinco reinos.
Este árbol filogenético
es sólo uno entre varios árboles posibles. Tal vez en este mismo
momento, mientras usted lo transita, nuevos análisis estén modificando
las relaciones entre los grupos.
Mechones de pelos: stramenopilos
La característica derivada más destacada de los
stramenopilos es que en algún momento del ciclo de vida presentan
mechones de pelos huecos sobre los flagelos, aunque muchos de sus
integrantes los han perdido durante el proceso evolutivo. Los flagelos
de una misma célula difieren en su forma y orientación. Se diferencian de la línea verde que dio origen a las plantas por poseer clorofila a y c, en lugar de a y b, y crisolaminarina como sustancia de reserva en lugar de almidón. Incluyen a las algas pardas, las diatomeas y los mohos acuáticos, entre otros.
Las algas pardas suelen ser muy grandes y llegan a
formar verdaderos "bosques oceánicos", con estructuras semejantes a
raíces, tallos y hojas (pero con diferente organización interna).
Algunas tienen células conductoras alargadas, semejantes a las que
transportan azúcares en las traqueofitas. Los ciclos de vida incluyen una alternancia de generaciones, que pueden ser isomórficas o heteromórficas. Son fotosintetizadoras y deben su color al pigmento fucoxantina.
Las diatomeas forman parte del fitoplancton
marino. Son unicelulares, pero a veces forman seudofilamentos o
colonias. Carecen de flagelos y tienen dos valvas transparentes,
impregnadas con sílice, que encajan una dentro de la otra. Son
fotosintéticas, se reproducen en forma sexual y asexual (esta última es
la más habitual). La mayor parte de su ciclo de vida es diploide.
Los mohos acuáticos suelen tener el cuerpo constituido por agrupaciones de núcleos rodeados por una membrana celular (filamentos cenocíticos). A diferencia de los hongos, entre los que se clasificaban anteriormente, poseen una pared celular que contiene celulosa. Se reproducen en forma sexual y asexual. La mayoría son saprobios, pero también hay parásitos y patógenos de plantas.
Otros stramenopilos son las algas pardo-doradas
(crisofitas), las algas verde-amarillas (xantofitas), los
silicoflagelados y los opalínidos. Estos grupos se consideran muy diferentes entre sí pero cercanos filogenéticamente.
Vesículas de almacenamiento de calcio: los alveolados
Este grupo está formado por organismos
unicelulares, algunos fotosintéticos y a menudo ciliados o flagelados.
Su característica derivada más importante es la presencia de reservorios
de calcio en forma de vesículas (alvéolos), ubicados debajo de la
membrana celular. Forman un grupo monofilético que incluye a los
ciliados (cilióforos), los dinoflagelados y los apicomplejos
(esporozoarios).
Los ciliados son de vida libre, pero también hay
parásitos no patógenos y simbiontes. En su superficie tienen numerosos
cilios vibrátiles que se mueven en forma coordinada. Algunos poseen una "boca" rodeada de cilios que asisten en la captura de presas. Se reproducen asexualmente por fisión binaria y realizan conjugación. Llevan un núcleo grande (macronúcleo) y uno o varios pequeños (micronúcleos). Todos son heterótrofos.
Los dinoflagelados son componentes importantes
del fitoplancton marino. En su mayoría son unicelulares, pero algunos
forman colonias. Pueden tener vesículas de celulosa que les dan un
aspecto rígido y producen ornamentaciones con valor clasificatorio.
Poseen tricocistos característicos y dos flagelos perpendiculares.
Muchos son bioluminiscentes. Realizan una forma especial de mitosis:
los cromosomas permanecen anclados a la membrana nuclear, que no se
desintegra (dinomitosis). Pueden ser fotosintéticos o heterótrofos, de
vida libre, parásitos o simbiontes. Algunas especies producen toxinas
potentes, por ejemplo, la de la marea roja.
Los apicomplejos son parásitos extracelulares o
intracelulares de animales. Sus cuerpos, formados por una sola célula,
son amorfos y sin flagelos. Poseen una forma particular infecciosa
llamada esporozoíto. El ciclo de vida es complejo, con etapas que
incluyen reproducción sexual y asexual y alternancia de generaciones. Parecen derivar de ancestros fotosintéticos que perdieron el cloroplasto o en los que el cloroplasto es vestigial. A este grupo pertenece Plasmodium, que produce la malaria.
Fig. Ciclo de vida de Plasmodium vivax, uno de los esporozoos que causan la malaria en los humanos
El ciclo comienza (a) cuando una hembra de mosquito Anopheles pica a una persona infectada por el plasmodio y, junto con la sangre, succiona gametos indiferenciados (b) del esporozoo. En el tracto digestivo del mosquito, los gametos se diferencian, se unen (c) y forman un cigoto (d). Los cigotos desarrollan estructuras multinucleadas llamadas oocistos (e) que, en unos pocos días, se dividen en miles de células fusiformes muy pequeñas, los esporozoítos (f). Éstas luego migran a las glándulas salivales del mosquito. Cuando la hembra pica a otra víctima (g), la infecta con los esporozoítos. Éstos primero invaden las células hepáticas (h), donde sufren divisiones múltiples (i). Los productos de estas divisiones (merozoítos) entran en los glóbulos rojos (j), donde de nuevo se dividen en forma repetida (k), rompen los glóbulos rojos (l)
a intervalos regulares de aproximadamente 48 horas, lo que provoca los
episodios febriles recurrentes característicos de la malaria. Después de
un período de reproducción asexual, algunos merozoítos se transforman en gametos indiferenciados (m) y, si son ingeridos por un mosquito en este estadio, el ciclo comienza nuevamente.
Prolongaciones citoplasmáticas: los rizópodos
Su principal característica derivada es la presencia de prolongaciones citoplasmáticas (seudópodos) que surgieron por evolución convergente en varios grupos. En general poseen una vacuola pulsátil, otra nutritiva y algunos producen flagelos durante estadios determinados de su ciclo vital o en condiciones ambientales particulares. La reproducción es asexual y sexual. Algunos son parásitos de los humanos.
Diferentes pero cercanos: los euglenozoos
Su característica derivada más importante son
las mitocondrias con crestas discoides y una rígida película proteica,
sostenida por microtúbulos, que rodea la membrana plasmática.
Abarca a las algas unicelulares fotosintéticas (euglenoides), los
parásitos de la sangre humana (cinetoplástidos) y otros organismos que
antes se consideraban ciliados primitivos.
Los euglenoides son células muy móviles y de vida libre. Tienen un flagelo
grande y otro pequeño e inactivo. Algunos están rodeados por una
cápsula que les brinda flotabilidad y protección. Tienen un par de
estigmas, formados por pigmentos, y un fotorreceptor
en la base del flagelo locomotor, que les permiten orientarse hacia la
luz. Se reproducen en forma asexual. Algunas especies presentan
cloroplastos, pero requieren compuestos orgánicos del medio para poder
realizar fotosíntesis.
Los cinetoplástidos son en su mayoría parásitos. Tienen una sola gran mitocondria tubular que contiene DNA y proteínas asociadas dentro de estructuras
denominadas cinetoplastos. Tienen uno o más flagelos. Se multiplican en
forma asexual por fisión binaria (mitosis y citocinesis) y, en algunas formas, sexualmente por singamia.
En este grupo se encuentran las especies que producen la leishmaniosis,
la enfermedad del sueño y la enfermedad de Chagas en los humanos.
Sin cloroplastos ni mitocondrias: los metamonadinos
Se postula que son parecidos a los eucariontes
ancestrales y que perdieron las mitocondrias. Su principal
característica derivada es la posesión de uno o dos núcleos rodeados por
un sistema de microtúbulos asociados con dos pares de flagelos. Son
parásitos patógenos, de vida libre o simbiontes. No poseen mitocondrias,
cloroplastos ni sistema de Golgi. Se reproducen asexualmente.
Unicelulares y pluricelulares: micetozoarios
Su característica derivada más importante es la
presencia de mitocondrias tubulares con crestas ramificadas. Presentan
variados colores y se subdividen en plasmodiales (mixomicetos) y
celulares (acrasiomicetos).
Los mohos plasmodiales son cenocíticos. Forman esporangios donde ocurre la meiosis
y luego esporas que producen células haploides flageladas. Éstas pueden
producir más células flageladas, fusionarse entre sí y formar un cigoto
o, si las condiciones son desfavorables, formar un quiste.
Los mohos celulares no tienen células
flageladas. Pasan por una etapa en la que constituyen un enjambre de
pequeñas células ameboides, haploides y libres, pero reunidas en un
seudoplasmodio cuyos componentes no se fusionan. La reproducción sexual
tiene lugar por la fusión de dos células que forman un cigoto y éste por
meiosis genera nuevas células haploides.
Cubiertas porosas: los foraminíferos
Su principal característica derivada es la
presencia de seudópodos ramificados y filiformes y de una teca proteica
que suele crecer en forma espiralada. La teca tiene poros por donde
salen los seudópodos. Se reproducen sexualmente con alternancia de
generaciones haploide y diploide, y en forma asexual por mitosis.
Las algas rojas o rodofitas
Su característica derivada más relevante es la
presencia de estructuras que conectan células adyacentes. Deben su color
a dos pigmentos: ficoeritrina (rojo) y ficocianina (azul). La
reproducción es por mitosis cerrada y carecen de centríolo.
Las paredes celulares por lo general incluyen una capa interna de
celulosa y una externa de carbohidratos mucilaginosos. De estos últimos
se obtiene el agar,
que se usa para el cultivo de microorganismos. El ciclo de vida
involucra una alternancia de generaciones. La mayoría es pluricelular.
http://curtisbiologia.com/node/302
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