viernes, 8 de abril de 2011
La hoja
Estructura de una hoja típica.
La estructura de una hoja típica resulta del compromiso entre la existencia de superficies con grandes áreas fotosintéticas expuestas a la luz, poca pérdida de agua y buen intercambio de los gases que participan en la fotosíntesis. En las plantas C3, las células fotosintéticas están estructuradas de dos formas: parénquima en empalizada, ubicado debajo de la superficie superior y donde ocurre la mayor parte de la fotosíntesis, y parénquima esponjoso, situado en el interior de la hoja. Ambos forman el mesófilo, envuelto por células epidérmicas que secretan la cutícula.
La fotosíntesis ocurre en las células en empalizada y, en menor grado, en el parénquima esponjoso. Los cloroplastos están indicados en verde oscuro. Nótese que el citoplasma, que contiene los cloroplastos, está concentrado cerca de la superficie celular y en la parte central de las células se encuentran vacuolas grandes. Los haces vasculares llevan agua y solutos hacia las células del mesófilo y desde ellas. El interior de la hoja está contenido entre células epidérmicas cubiertas por una capa cérea, la cutícula. La epidermis contiene aberturas, los estomas, que permiten el intercambio de gases. Las células oclusivas que rodean a los estomas también tienen cloroplastos.
Las sustancias entran y salen de las hojas a través de los haces vasculares y los estomas. Los haces transportan el agua y los minerales disueltos hacia las hojas y los productos de la fotosíntesis fuera de ellas. A través de los estomas, el O2 y el CO2 entran y salen de las hojas por difusión.
Las hojas presentan una gran variedad de formas y tamaños, que guardan relación con los ambientes en los cuales viven las plantas. Además, pueden estar especializadas en otras funciones, como el almacenamiento de alimento y agua o el sostén.
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